Contexto Sociohistórico
En
la etapa primitiva de la humanidad cada cual producía sólo lo que
necesitaba (vivienda, alimento, vestido, armas y herramientas). A
medida que el hombre evoluciona socialmente, comienza a aparecer el
intercambio como forma rudimentaria de comercio: cada familia o grupo o
tribu canjea lo que ha producido en exceso, por aquellos bienes que
necesitan y que a su vez les sobran a otros. Muchos sociólogos
coinciden en que la evolución primaria de las sociedades se ha dado
entres etapas sucesivas: Recolección (frutos, caza y pesca); Cría de animales y Agricultura. En esta primera fase
de la historia las relaciones económicas fueron evolucionando desde la
producción en familia o tribu hasta el intercambio, y desde la propiedad
colectiva o grupal, hasta la propiedad privada. Recién con el derecho romano
se establecen los principios de la propiedad privada de los bienes,
base fundamental de una economía capitalista. Mientras tanto el
trabajo, factor primordial de la producción, es ejercido por los
esclavos ya que resulta indigno de un hombre libre.
El
pensamiento económico fue evolucionando a través del tiempo, hasta
desembocar en la creación de la Ciencia económica moderna. Esta
evolución estuvo muy ligada a los avances de las técnicas productivas y del modo de intercambiar bienes y servicios.
¿Cómo se fueron produciendo estos avances técnicos?
- Hacia la producción de alimentos
Durante
gran parte de la Prehistoria, los hombres se han ocupado de su propia
subsistencia, obtuvieron sus alimentos mediante la caza, la pesca y la
recolección de raíces, frutos y semillas, no conocían la agricultura ni
la cría de ganado. Eran grupos nómadas, habitaban en cuevas o refugios,
se trasladaban de un lugar a otro para conseguir nuevos alimentos. Con
el tiempo, algunos pueblos fueron aprendiendo una serie de técnicas productivas que
les permitieron criar ganado, sembrar y cosechar, fabricar piezas de
cerámica entre otras cosas. Ante la necesidad de vigilar los cultivos y
los rebaños estos pueblos se volvieron sedentarios. Estrecharon
vínculos a través de la cooperación y el intercambio pudieron acceder a más altos niveles de vida, a mejores y mayores cantidad de bienes y a numerosas prestaciones "inmateriales" denominadas servicios.
- El aumento de la productividad del trabajo
Los avances en el conocimiento de las técnicas productivas y el perfeccionamiento de
la organización social permitieron aumentar la productividad del
trabajo, lo producido por una persona en una cantidad de tiempo
determinada. Cuando la producción superas el límite de lo necesario
para cubrir las necesidades básicas de una población, se genera un excedente de producción.
En consecuencia fueron desarrollándose gradualmente en diferentes
actividades productivas y no productivas, intelectuales y manuales, etc.
También se produjeron conflictos en torno de las riquezas producidas.
Cuanto mayores riquezas se generaban, aumentaba el deseo de dominar y
utilizar esa riqueza para provecho personal.
- Los frutos de la especialización en el trabajo
A
medida que las sociedades se tornaban más complejas y las actividades
productivas se diversificaban, se fue produciendo una progresiva división del trabajo, la especialización en
determinadas tareas. Muchos se dedicaron a trabajar los metales,
cuero, barro, otros a producir alimentos, como pan, vino, aceite, etc.
Otros de perfeccionar las técnicas de los cultivos, construir canales,
etc. La especialización reforzó la necesidad de intercambiar lo
producido en exceso con productos que otros ofrecían a partir de su
propio esfuerzo. Éste fue el origen del comercio, bajo la forma de trueque.
- Del trueque al uso del dinero
Por medio del trueque, las personas intercambiaban objetos o servicios, sin utilizar dinero.
La paulatina aparición del dinero significó un progreso, facilitó las
transacciones y permitió satisfacer una cantidad mayor de necesidades.
En algunas regiones la sal era usada como dinero, en otros lugares se utilizaban cueros o camellos.
Como muchos de los bienes usados como moneda eran perecederos (se
destruían con el tiempo) progresivamente se fueron adoptando los metales
preciosos (oro y plata), eran aceptados por diversos pueblos, eran
resistentes al tiempo y podían ser transportados con mayor comodidad que
otros objetos.
- Los cambios en la producción y en las formas de vida generan nuevas preguntas
El desarrollo de las fuerzas productivas tienen relación con las técnicas de producción (en la agricultura, la industria, el transporte) y con la fuerza productiva del trabajo
(que dependen de la habilidad media de los trabajadores, del desarrollo
de la ciencia y la técnica, la extensión y eficacia de los medios de
producción, y de las condiciones naturales). Las relaciones sociales de producción
son las que se dan entre los disitntos miembros de la sociedad, y
dependen, por ejemplo, de quiénes son los que detectan la propiedad de
los medios de producción.
Los cambios que a través del tiempo experimentaron las técnicas productivas y las formas de intercambio fueron transformando el mundo primitivo y con él los interrogantes que el hombre se hacía en relación con la naturaleza y con la vida en sociedad. Los problemas económicos que se presentaban eran cada vez más complejos, involucraban múltiples actividades productivas y generaban relaciones comerciales con otros países. Estos problemas obligaron a distintos pensadores a reflexionar para encontrar respuestas que fueran de utilidad para los gobernantes de turno. ¿Cómo debe funcionar una sociedad? ¿Quiénes deben gobernar? ¿Es justa la existencia de esclavos? ¿Cómo se debe distribuir la riqueza? ¿Por qué un producto se intercambia por otro en determinada proporción y no en otra? ¿Cómo se determina el precio justo? ¿Es legitimo cobrar intereses? ¿Qué medidas hay que implementar para asegurar el bienestar de la población? Desconocían que todas estas y otras cuestiones se referían a una misma cuestión: la Economía.
Los cambios que a través del tiempo experimentaron las técnicas productivas y las formas de intercambio fueron transformando el mundo primitivo y con él los interrogantes que el hombre se hacía en relación con la naturaleza y con la vida en sociedad. Los problemas económicos que se presentaban eran cada vez más complejos, involucraban múltiples actividades productivas y generaban relaciones comerciales con otros países. Estos problemas obligaron a distintos pensadores a reflexionar para encontrar respuestas que fueran de utilidad para los gobernantes de turno. ¿Cómo debe funcionar una sociedad? ¿Quiénes deben gobernar? ¿Es justa la existencia de esclavos? ¿Cómo se debe distribuir la riqueza? ¿Por qué un producto se intercambia por otro en determinada proporción y no en otra? ¿Cómo se determina el precio justo? ¿Es legitimo cobrar intereses? ¿Qué medidas hay que implementar para asegurar el bienestar de la población? Desconocían que todas estas y otras cuestiones se referían a una misma cuestión: la Economía.
El surgimiento de la Economía
En
los siglos XV y XVI en un momento de cambio vertiginoso en el terreno
de las ideas y de las técnicas productivas, fue cuando empezó a
delinearse con claridad un campo específico del conocimiento humano que
se ocupaba de estudiar cómo una sociedad se organizaba para producir, distribuir los frutos producidos y luego consumirlos.
Esa disciplina era la Economía Política,
que procuraba entender por qué los hechos económicos ocurrían de una
determinada forma, intentaba establecer cuales eran las medidas
políticas más adecuadas para lograr prosperidad de una sociedad. Los
primeros pensadores trataban de encontrar una explicación abarcativa
sobre la Economía, realizaban la difícil tarea de separar esta
disciplina de otras con las cuales estaba entrelazada hasta ese momento,
como la Religión, la Filosofía y el Derecho.
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