El Estado de bienestar
Fue
creado en la Europa de posguerra, puede definirse como la
institucionalización de los derechos sociales de los ciudadanos. El
Estado provee a los ciudadanos determinadas prestaciones en forma de
subsidios, ayudas o pensiones, y brinda un conjunto de servicios
sociales, generalmente, en materia de salud y educación.
El estado de bienestar es el conjunto de servicios sociales (pensiones, cobertura de desempleo, salud, educación) que garantizan a los ciudadanos un nivel de subsistencia. |
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Originalmente,
al tratar de ofrecer a todos los ciudadanos unos servicios mínimos en
forma de prestaciones como educación, salud, salario mínimo, pensiones,
cobertura de desempleo, etc., pretendía erradicar la pobreza en Europa
tras la guerra. El estado de bienestar contribuyó a vertebrar la Europa
arruinada por la Segunda Guerra Mundial en un consenso sin precedentes,
y logró una convivencia difícil de alcanzar. Mediante este proceso, el
Estado se convirtió en una especie de árbitro para las distintas clases
sociales y paralelamente, despolitizó y desautorizó las posibles
revueltas sociales en aquellos lugares en que las desigualdades eran muy
acusadas. De esta forma se intentaba evitar el contagio de las ideas
comunistas que regían entonces en Europa del Este.
Como
resultado, el estado de bienestar es, desde hace medio siglo, un
elemento clave de la cultura europea y ha caracterizado un modelo de
crecimiento a largo plazo.
El
ejemplo europeo fue seguido por otros países. En América Latina, sobre
todo, el Estado sumió funciones similares luego de la Segunda Guerra
Mundial.
El debate sobre el estado de bienestar
Se ha abierto un debate central, algunos se preguntan si el estado de bienestar no se ha convertido en una rémora (obstáculo que detienen o entorpece)
para el futuro. La clave radica en saber si las iniciativas lanzadas
para aliviar la pobreza están provocando hoy déficits públicos
ingobernables y aumentos del desempleo, pues propician salarios elevados
que tienen como marco de referencia unos subsidios de desempleo que no
invitan a trabajar. Se cree que las subvenciones creadas por el estado
de bienestar han limitado los incentivos para trabajar.
La
magnitud de la quiebra fiscal del Estado, originada por una necesidad
creciente de prestaciones y un menor número de contribuyentes, la
cuestión para debatir es si existe la posibilidad de mantener los
sistemas de protección social y a la vez generar empleo.
El
estado de bienestar ha funcionado mientras la prosperidad hizo posible
un aumento de la presión fiscal que compensase las desigualdades más
extremas, mediante un aumento de los servicios sociales. Cuando los
ritmos de crecimiento disminuyeron, los déficit públicos empezaron a
hacerse excesivos.
En
América Latina en general y en Argentina en particular, buena parte del
estado de bienestar fue desmantelado en los años noventa durante el
auge de las políticas económicas de cuño neoliberal. La crisis en que
culminaron tales políticas obligó a generar nuevos mecanismos de lucha
contra la pobreza. En nuestro país en 2002 se implementaron los planes
Jefes y Jefas de Hogar Desocupados.
El futuro del estado de bienestar
Existen tres posturas:
- Los neoliberales sostienen que el estado de bienestar debe ser desmantelado para que actúen las fuerzas del mercado, pues genera más ineficiencias que beneficios.
- Otros que debe reformarse, para hacerlo compatible con la necesaria contención del gasto público, lo que implica profundos recortes en algunas de las prestaciones.
- Los defensores de una tercera postura afirman que el estado de bienestar forma parte esencial de la lucha contra la desigualdad y en consecuencia debe mantenerse.
Al margen de las distintas
opiniones políticas, las fuerza de los hechos está demostrando que el
estado de bienestar precisa una reforma y actualización que permita que
aquellos que realmente lo necesiten, puedan ejercer los derechos
adquiridos. Así buena parte de los países europeos ha iniciado un
proceso de revisión de los niveles de asistencia, en unos casos al alza
y en otros a la baja, evitando ineficiencias y eliminando los
corporativismos.
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