La revolución de Mayo de 1810 desató una ola de cambios, al separarse el Alto Perú del Virreinato, se privó al Río de La Plata de su principal mercado consumidor y de la región productora de metales preciosos. Las economías del interior quedaron aisladas y sus sectores mercantiles dejaron de cumplir el rol vinculante entre Buenos Aires y el Alto Perú, iniciándose un proceso de migración interna y despoblación del noroeste que no habría de detenerse en adelante. El proceso revolucionario no pudo contener las tensiones habían tolerado el centralismo de Buenos Aires para que ese malestar no saliera a la luz.
Desde el punto de vista económico de vista económico, Córdoba había estado más ligada por su comercio al Alto Perú y a Cuyo que a Buenos Aires. Cuyo, a su vez, estaba más cerca de Santiago de Chile que de la capital y en general todas las provincias del norte dependían desde todo punto de vista del Alto Perú. Asimismo, la mayoría de ellas no compartían la política oficial adoptada desde un principio del libre comercio, ya que esto perjudicaba sus economías internas.
Una vez declarada la Independencia en 1816, la situación económica de la Argentina era muy débil. El país casi no tenía industrias y por lo tanto, se comenzó a depender cada vez más de quien sería el principal comprador y vendedor de la Argentina: el Reino Unido.
- Juan Manuel de Rosas: En este contexto, la clase terrateniente bonaerense comienza a presionar por expandir la frontera con el objeto de aumentar stock de tierra y compensar las pérdidas sufridas por las guerras y la separación del Alto Perú. Así en 1820 se realiza una expedición que lleva la frontera a las Sierras Pampeanas y en 1833 la campaña liderada por Juan Manuel de Rosas, estiró la superficie hasta el Río Salado, de esta forma, el latifundio se consolida como la unidad económica principal de la Provincia de Buenos Aires, gracias a la producción ganadera que garantizaba una excelente rentabilidad sin realizar demasiadas inversiones ni contar con demasiada mano de obra.
- Justo José de Urquiza: Para la época de la caída de Juan Manuel de Rosas en 1852, el país mostraba una notable descentralización económica, a tono con la diáspora provincial comenzada con la separación del Alto Perú. El país quedó políticamente fracturado en dos: Por un lado la Provincia de Buenos Aires y por otro la Confederación Argentina. Pero esta situación no era sostenible ya que la Confederación, militarmente vencedora, era económicamente más débil que Buenos Aires, que vivía una notable expansión económica sustentada por el nuevo ciclo lanar y las rentas de la aduana. Esta situación se resuelve en 1861 con la victoria de Bartolomé Mitre y sobre Justo José de Urquiza en la Batalla de Pavón, procediéndose a la reunificación nacional y la normalización institucional.
Modelo Agroexportador (1860 - 1930)
Con la llamada Conquista del desierto se logró integrar al país extensiones de tierras arrebatadas a la población aborígenes que fueron derrotadas. A partir de 1880 el modelo económico pasa a ser el de grandes estancias productoras de productos exportables como carne y granos. El país tienen fuertes lazos comerciales con Inglaterra que pasa a ser el principal financista e inversor en el país, especialmente en los ferrocarriles que se extienden a casi todas las provincias convergiendo en Buenos Aires y Rosario que actúan como puertos exportadores de los productos agrarios. La mayoría de los productos industriales son importados, pero ya se comienzan a formar algunas industrias livianas que no incorporan demasiada tecnología, sobre todo en áreas como frigoríficos, alimentos, bebidas, materiales para la construcción, jabón, tabaco y algunas textiles. La expansión económica provocó una carencia de mano de obra y en este período se produce una gran afluencia de inmigrantes europeos, sobre todo españoles e italianos que se concentraron en las zonas del litoral sobre todo. La elite económica estaba formada por los grandes propietarios de tierras que eran anglófilos y liberales. Este modelo económico tenía sus altibajos y se produjeron crisis como la de 1890 producto del alto endeudamiento. Estas crisis estallaban cuando había algún deterioro en los términos de intercambio, o cuando el Banco de Inglaterra incrementada sus tasas de interés, encareciendo el financiamiento y provocando un retiro de los capitales invertidos. A principios del siglo XX comenzaron a formarse organizaciones sindicales de extracción aunque estos movimientos fueron en muchos casos reprimidos en forma sangrienta, estas luchas igualmente consiguieron algunas reivindicaciones. Durante la primera guerra mundial se produce un período de crecimiento de la industria debido al faltante de productos importados. En el año 1929 se produce el crack de la bolsa de Wall Street y con ello se desencadena una crisis ya que cae la demanda de los productos exportables, y se produce una gran caída económica del país con alta desocupación, lo que lleva al derrocamiento del gobierno democrático y plantea la necesidad de un nuevo modelo económico.
Modelo de Sustitución de Importaciones (1932 - 1952)
Después de la Crisis de 1929, un nuevo modelo de crecimiento económico comenzó a surgir lentamente, aunque de un modo considerablemente diferente al de otros países de la región.
Por un lado los sectores exportadores de productos ganaderos y cerealeros, principalmente los grandes latifundios y las empresas frigoríficas y ferroviarias británicas, intentaron recrear el modelo exportador. El Pacto Roca-Runciman de 1933 entre Argentina y Gran Bretaña tenía ese objetivo.
Por otra parte, y en sentido paralelo, comenzó a desarrollarse durante el período 1930 - 1943 un proceso de industrialización por sustitución de importaciones, con eje en empresas estatales con fuertes influencia militar (YPF, Fabricaciones Militares, Altos Hornos Zapla), y algunas filiales de grandes empresas norteamericanas y sobre todo una gran cantidad de fábricas pequeñas y medianas de capital nacional, especialmente en el sector textil. También se forman algunas empresas estatales. Ante estos estímulos se comienzan a canalizar los esfuerzos del sector privado a la producción de bienes de consumo industriales, alejándose algo de la inversión agrícola.
Peronismo (1932 - 1952)
Con el triunfo del peronismo en 1946 se produce un boom de industrialización, solamente frenada por la necesidad de generar divisas para la adquisición de bienes de capital para la industria. Se produce en esta etapa una integración de las clases más bajas al consumo, debido a la política redistributiva del gobierno de Perón, lo que dinamiza aun más la actividad industrial. El cuello de botella de este desarrollo fue la carencia de industrias pesadas y la carencia de recursos energéticos de manera suficiente, por ello se daban ciclos de crecimiento con aumento del poder adquisitivo del salario, lo que llevaba a una mayor demanda de insumos importados para la industria, lo cual traía aparejada con el tiempo una crisis y un ajuste del tipo de cambio provocando inflación y caída del salario real, hasta alcanzarse un nuevo equilibrio y una nueva etapa de expansión. La influencia de Inglaterra como potencia distribuidora de capitales disminuye sensiblemente, tomando su lugar Estados Unidos Las nuevas industrias se concentraron sobre todo en la zona del litoral por lo que el estado interviene activamente para desarrollar otras zonas como Córdoba. Un instrumento de desarrollo y paliativo de la carencia de industria pesada fue la creación de Fabricaciones Militares que producía insumos básicos como hierro y acero, ácido sulfúrico, armamentos, etc. También tenemos desarrollo de YPF como productora de Petróleo y como generadora de negocios para sus proveedores de insumos, aunque no llegaba a colmar las necesidades energéticas del país. La actividad sindical pasa en la etapa peronista a ser absorbida por este movimiento con diferentes matices, el Estado pasa a regular las relaciones obrero patronales enmarcándolas en los convenios colectivos de trabajo que persisten hasta la actualidad, para asegurar la cooperación mutua.
Desarrollismo (1952 - 1975)
Luego del golpe del 55 el peronismo es proscripto, y se intenta abrir la economía a algunas inversiones extranjeras situación que ya había comenzado a insinuarse en la segunda presidencia de Perón. En los años 60 se logra desarrollar los complejos metalmecánicos y petroquímicos para abastecer a la industria liviana.
El modelo que presentaba el desarrollismo era un modelo creado para solucionar la permanente falta de divisas por la ausencia de industria pesada a partir de la llegada al país de empresas multinacionales con las que se firmaron importantes contratos.
Si bien ingresaron una cantidad importante de empresas, no se logró el efecto deseado ya que no incorporaron "industria pesada", sino que se dedicaban a la producción de bienes de consumo durables (automotores, electrodomésticos, etc.) de forma que en vez de resolver el problema, lo agudizaron porque necesitaban más importaciones con la consecuente salida de divisas.
Estos años son de conflicto debido a la lucha peronista para poder volver al gobierno, lo cual se consigue en el '73. Esta es una época signada por la violencia política y además estalla una crisis petrolera internacional que afecta a la economía mundial. En 1976 se produce un golpe de estado en Argentina que instaura un nuevo modelo económico.
Modelo Aperturista (1975 - 1983) Hiperinflación
Durante el último año de gobierno de Maria Estela Martínez de Perón, en 1975 asumió en el Ministerio de Economía Celestino Rodrigo quien intentó aplicar un modelo que favorecía la acumulación financiera dejando de proteger la industria nacional.
Con la llegada del proceso al gobierno se produce un cambio en el modelo económico. Se abren las importaciones y se flexibilizan a punta de pistola las relaciones laborales. Además el gobierno recibe apoyo de la comunidad financiera internacional que le facilitó los fondos para afrontar los desequilibrios fiscales, y fija pautas cambiarias que facilitan la entrada de capitales golondrinas especulativos, que intervienen sólo en negocios financieros. Esto provoca una decadencia de la industria y una baja del poder adquisitivo de los salarios. El país se concentra en exportar commodities y cada vez más es necesario generar mayores excedentes para pagar los intereses de la deuda y la fuga de capitales especulativos. Por otro lado la apertura de la economía permitió el ingreso de bienes importados de consumo masivo, lo que en muy pocos años provocó la destrucción de gran parte de la industria nacional. Al combinar importaciones abiertas con dólar barato ocurría que esos productos ingresaban al país a precios inferiores a los de industria argentina. El país se encontraba expuesto cada vez más a los vaivenes de los mercados financieros internacionales que provocan periódicas crisis y devaluaciones, y alta inflación.
Con el regreso de la democracia en 1983 esta situación no cambia demasiado, pero en la presidencia de Menem se profundiza aun más la tendencia con la venta a precio muy bajo de las empresas estatales, de esta manera el estado pierde su rol en la economía y se limita a ser un mero recaudador de impuestos que se dedican en gran parte a pagar los intereses de la deuda externa que sigue aumentando. Con los recursos provenientes de estas ventas y de un mayor endeudamiento, se logra un breve período de bonanza signado por la paridad peso dólar mediante la ley de convertibilidad que ayudó a combatir la inflación, pero a su vez le dio un seguro de cambio a las inversiones especulativas. Las industrias se concentran en manos de grandes grupos transnacionales que se dedican a actividades de alta tecnificación y poca mano de obra, enfocadas al consumo masivo y a la exportación de commodities muchas de origen agropecuario como los derivados de la soja. En 1998 comienza una serie de crisis internacionales que provocan una fuga de capitales y una recesión, la desocupación se generaliza y llegan a bajar incluso los salarios y jubilaciones de manera real y nominal. Todo esto finaliza en 2001 con un crack del sistema bancario, se congelan los depósitos y la economía colapsa. Ante esto estalla el descontento popular que termina derrocando al gobierno de De la Rúa.
Las políticas económicas neoliberales adoptadas desde la década de 1970 por los gobiernos militares, y seguidas por los gobiernos civiles, determinaron una concentración progresiva de la riqueza e hicieron que la población perdiera el nivel de vida que había alcanzado a mediados del siglo XX con un aumento exponencial de la deuda externa nacional, que se elevó de 7.875 millones de dólares al finalizar 1975, a 45.087 millones de dólares en 1983.
Modelo Menemista
Las reformas económicas de esta década se han basado en la privatización de los servicios públicos y en la apertura de la economía. En 1991, el ministro de economía Domingo Caballo recurrió a la paridad del peso argentino con el dólar estadounidense (Ley de Convertibilidad) debido en parte a la acuciante inflación que sufrió el país a fines de los '80. Comenzaron a registrarse así altas tasas de crecimiento entre 1991 - 1994 y 1996 - 1998. En 1995 por el Efecto Tequila - que demostró cómo un hecho externo podía influir en el país producto de la globalización - provocó un crecimiento negativo del PBI. Éste llego a alcanzar los 300.000 millones de dólares en 1998. El PBI per cápita nominal, el más alto durante la década del '90 en América Latina llegó a los 8.300 dólares ese mismo año. Las exportaciones pasaron de 12.500 millones de dólares en 1990 a casi 27.000 millones de dólares en 2000 con un aumento del 110% en ese período. Todas estas cifras fueron record para el país. Sin embargo, este modelo produjo una concentración económica en los sectores financiero, de servicio y agro-exportador, al mismo tiempo que una desocupación estructural cercana al 20% en sus peores momentos. Desde 1994 hasta el tercer trimestre de 2006 la desocupación a nivel nacional ha sido siempre de dos dígitos. La pobreza medida en el aglomerado Gran Buenos Aires osciló en ésta década entre 33,7% en 1990, el 16,1% en 1994 y 26,7% 1999, siendo más baja de la registrada en la crisis hiperinflacionaria de fines de los '80.
En 1995, la economía local se vio afectada negativamente por el llamado Efecto Tequila, que provocó un aumento inédito de la desocupación a nivel nacional hasta un 18,4%. También se revirtió la tendencia descendente del índice de pobreza, que en el aglomerado del Gran Buenos Aires (el más importante del país), entre 1990 y 1994 había llegado a un mínimo del 16,1%. A excepción de 1995, en la década del '90 la economía creció fuertemente hasta mediados de 1998.
Modelo Distribucionista (Kirchnerista 2001 - 2011)
En materia económica, Néstor Kirchner hereda una serie de problemas importantes. Quizás el más importante es que la mitad de la deuda pública argentina estaba en default. Un default que si bien era inevitable en el año 2001 fue anunciado de la peor manera posible, en medio de una suerte de festejo en el Congreso. Y también seguido por una serie de medidas, que si bien eran inevitables, se pusieron en marcha de la peor manera y esto provocó una enorme convulsión económica, política y social en el año 2002 durante el gobierno de Duhalde. También en ese momento hay una violación de los contratos de muchos actores de la economía (fueron confiscados los depósitos y pesificados de forma asimétrica: quienes debían dólares en algunos casos pasaron a deber pesos, en otros seguían debiendo dólares y el gobierno reprogramó compulsivamente los depósitos, ofreciendo hacer un canje que se llamo el "Corralón"), había 14 monedas en circulación.
Una parte significativa de la responsabilidad de la crisis que vivió la Argentina entre 1998 y 2002 ha sido puesta sobre el FMI. En un discurso ante la asamblea General de las Naciones Unidad en 2004, el Presidente Néstor Kirchner dijo:
"Se hace necesario un urgente, fuerte y estructural rediseño del Fondo Monetario Internacional para que pueda prevenir crisis y ayudar a su solución, cambiando el rumbo que lo llevó de prestamista de fomento a acreedor con demanda de privilegios."
Con la crisis de diciembre de 2001, la Argentia entró en cesación de pagos (default) de su deuda externa. El 14 de enero de 2005 se lanzo oficialmente la operación de canje de la deuda en default. El proceso de reestructuración de la deuda externa fue largo y complejo para quienes decidieron ingresar en el canje. La Argentina ofreció un descuento importante sobre sus obligaciones (aproximadamente el 70%) y finalmente lo colocó en un 76% (esta oferta no incluyó el FMI y otros organismos internacionales, con quienes el país ha cumplido sus deudas).
En diciembre de 2005, el presidente Néstor Kirchner decidió liquidar la deuda argentina con el FMI en un solo pago, sin nueva financiación, por un total de 9.810 millones de dólares utilizando las reservas internacionales que alcanzaron un valor de 28.000 millones de dólares ese año, reduciéndose éstas a 18.000 millones de dólares en enero de 2006.
A partir del gobierno de Néstor Kirchner, el sector productivo, y fundamentalmente el industrial, se transformó nuevamente en el centro de la economía argentina. Es decir, desde el 2003 se verificó un proceso de industrialización de la economía nacional. En este sentido, l instauración del modelo de valorización productiva se tradujo en un aumento de la inclusión social como resultado de la generación de puestos de trabajo, reducción de la pobreza y la indigencia y una mejora en la participación de los asalariados en el producto y en la distribución del ingreso.
Asimismo, se produjo un fuerte proceso de desendeudamiento externo como resultado del exitoso canje de la deuda y el pago al Fondo Monetario Internacional. Por su parte, se experimentó un proceso de diversificación de las ventas externas aumentando la participación de las exportaciones con mayor valor agregado. Además, se verificó un aumento de la sostenibilidad del modelo económico a partir del superávit comercial y fiscal y del incremento constante de las reservas del Banco Central de la República Argentina.
Por último, este nuevo modelo de desarrollo se sustentó fundamentalmente a partir del crecimiento constante del mercado interno como resultado de la generación de puestos de trabajo, el aumento de los salarios a partir de la reactivación de las paritarias, el aumento de las jubilaciones, el incremento de la inversión pública y la expansión del gasto público social. Todos estos factores generaron un aumento permanente del consumo y del mercado interno.
El modelo económico de Cristina Fernández de Kirchner que se estructura en Argentina, busca el crecimiento económico en consonancia con políticas sociales inclusivas en la educación, la salud, la vivienda y otras necesidades populares. Todo ello bajo la intervención del gobierno, porque como diría la propia Presente argentina: "...sabemos que lo que no hace el Estado, no lo hace nadie".
Con este objetivo, son múltiples los programas desarrollados en las diversas ramas de la vida social y económica. Por ejemplo, han sido de gran impacto para el combate de la pobreza los planes nacionales de desarrollo local y economía social "Manos a la obra" y los de seguridad alimentaria "El hambre más urgente" y "Familia".
El impacto de estas estrategias es visible en el mejoramiento de las condiciones de vida de los argentinos y en la disminución del desempleo. En los años de gobierno, al igual que durante el gobierno de Néstor Kirchner, la desocupación continuó disminuyendo, aunque con algunos altibajos, y esta vez descendió hasta cerca de un 8% , lo que implica una mejora en comparación al índice del 2003 (16%). Asimismo, la pobreza ha tenido una baja inédita en el último lustro del 51 al 20% y la participación de los trabajadores en el PBI, en igual período, se ha incrementado del 33/34 al 43%.
Para la economía argentina, el 2008 constituyó el quinto año consecutivo de crecimiento, considerado el más importante en los últimos 200 años de la historia de esa nación. Las inversiones tuvieron un incremento de su mínimo histórico más reciente y ya se han superado los niveles máximos de la década de los 90, sin endeudar al país. Gran parte de ese dinero se ha invertido en obras sociales y de bien público, lo cual hace una década era interpretado como mero gasto público por las autoridades.
Ante los efectos de la crisis financiera mundial, Argentina vienen adoptando desde finales del año anterior un paquete de medidas para impulsar la actividad económica, estimular el mercado y consumo interno ante las restricciones del externo, reducir las importaciones y controlar los despidos, en el cual se incluye la prefinanciación de la industria automotriz, algunos productos del agropecuario, el capital de trabajo, entre numerosas áreas.
La estatización de los fondos privados de pensiones y jubilaciones, que había constituido una de las más escandalosas acciones de la política generalizada de privatización llevada a cabo por el ex presidente Carlos Menem, ha sido también de las más importante y radicales acciones adoptadas dentro del plan económico gubernamental para enfrentar el difícil contexto internacional.
El objetivo del gobierno argentino es continuar creciendo, pues tiene como premisa que "de la crisis se sale solamente con crecimiento económico".
No obstante, la Presidente ha advertido a la Nación sobre el carácter pragmático de los pasos que se dan en este sentido: "vamos a tener que acostumbrarnos en los tiempos que corren a la flexibilización, la armonización y el cambio de políticas, que pueden ser buenas hoy pero dentro de tres meses comprobarse que no alcanzaron el resultado esperado, y que si no alcanzaron el resultado esperado monitoreadas deben ser cambiadas, revisadas, corregidas...".
En política exterior, las relaciones de Argentina con los países del área se han continuado profundizando y el camino a una mayor integración latinoamericana se consolida en estructuras como el MERCOSUR y el Grupo de Río.
El 26 de octubre e 2010 falleció mientras estaba en su casa de El Calafate el ex presidente Néstor Kirchner, esposo de la presidente Cristina Fernández de Kirchner y durante sus exequias miles de personas, especialmente jóvenes desfilaron frente al féretro al grito "gracias Néstor" y "fuerza Cristina" constituyendo un masivo apoyo popular.
Las claves sobre las que se apoya el entramado económico del gobierno reconoce un importante nivel de reservas, solvencia fiscal y vencimientos manejables que tornan impracticable la posibilidad de un default en el corto o mediano plazo.
Con la llamada Conquista del desierto se logró integrar al país extensiones de tierras arrebatadas a la población aborígenes que fueron derrotadas. A partir de 1880 el modelo económico pasa a ser el de grandes estancias productoras de productos exportables como carne y granos. El país tienen fuertes lazos comerciales con Inglaterra que pasa a ser el principal financista e inversor en el país, especialmente en los ferrocarriles que se extienden a casi todas las provincias convergiendo en Buenos Aires y Rosario que actúan como puertos exportadores de los productos agrarios. La mayoría de los productos industriales son importados, pero ya se comienzan a formar algunas industrias livianas que no incorporan demasiada tecnología, sobre todo en áreas como frigoríficos, alimentos, bebidas, materiales para la construcción, jabón, tabaco y algunas textiles. La expansión económica provocó una carencia de mano de obra y en este período se produce una gran afluencia de inmigrantes europeos, sobre todo españoles e italianos que se concentraron en las zonas del litoral sobre todo. La elite económica estaba formada por los grandes propietarios de tierras que eran anglófilos y liberales. Este modelo económico tenía sus altibajos y se produjeron crisis como la de 1890 producto del alto endeudamiento. Estas crisis estallaban cuando había algún deterioro en los términos de intercambio, o cuando el Banco de Inglaterra incrementada sus tasas de interés, encareciendo el financiamiento y provocando un retiro de los capitales invertidos. A principios del siglo XX comenzaron a formarse organizaciones sindicales de extracción aunque estos movimientos fueron en muchos casos reprimidos en forma sangrienta, estas luchas igualmente consiguieron algunas reivindicaciones. Durante la primera guerra mundial se produce un período de crecimiento de la industria debido al faltante de productos importados. En el año 1929 se produce el crack de la bolsa de Wall Street y con ello se desencadena una crisis ya que cae la demanda de los productos exportables, y se produce una gran caída económica del país con alta desocupación, lo que lleva al derrocamiento del gobierno democrático y plantea la necesidad de un nuevo modelo económico.
Modelo de Sustitución de Importaciones (1932 - 1952)
Después de la Crisis de 1929, un nuevo modelo de crecimiento económico comenzó a surgir lentamente, aunque de un modo considerablemente diferente al de otros países de la región.
Por un lado los sectores exportadores de productos ganaderos y cerealeros, principalmente los grandes latifundios y las empresas frigoríficas y ferroviarias británicas, intentaron recrear el modelo exportador. El Pacto Roca-Runciman de 1933 entre Argentina y Gran Bretaña tenía ese objetivo.
Por otra parte, y en sentido paralelo, comenzó a desarrollarse durante el período 1930 - 1943 un proceso de industrialización por sustitución de importaciones, con eje en empresas estatales con fuertes influencia militar (YPF, Fabricaciones Militares, Altos Hornos Zapla), y algunas filiales de grandes empresas norteamericanas y sobre todo una gran cantidad de fábricas pequeñas y medianas de capital nacional, especialmente en el sector textil. También se forman algunas empresas estatales. Ante estos estímulos se comienzan a canalizar los esfuerzos del sector privado a la producción de bienes de consumo industriales, alejándose algo de la inversión agrícola.
Peronismo (1932 - 1952)
Con el triunfo del peronismo en 1946 se produce un boom de industrialización, solamente frenada por la necesidad de generar divisas para la adquisición de bienes de capital para la industria. Se produce en esta etapa una integración de las clases más bajas al consumo, debido a la política redistributiva del gobierno de Perón, lo que dinamiza aun más la actividad industrial. El cuello de botella de este desarrollo fue la carencia de industrias pesadas y la carencia de recursos energéticos de manera suficiente, por ello se daban ciclos de crecimiento con aumento del poder adquisitivo del salario, lo que llevaba a una mayor demanda de insumos importados para la industria, lo cual traía aparejada con el tiempo una crisis y un ajuste del tipo de cambio provocando inflación y caída del salario real, hasta alcanzarse un nuevo equilibrio y una nueva etapa de expansión. La influencia de Inglaterra como potencia distribuidora de capitales disminuye sensiblemente, tomando su lugar Estados Unidos Las nuevas industrias se concentraron sobre todo en la zona del litoral por lo que el estado interviene activamente para desarrollar otras zonas como Córdoba. Un instrumento de desarrollo y paliativo de la carencia de industria pesada fue la creación de Fabricaciones Militares que producía insumos básicos como hierro y acero, ácido sulfúrico, armamentos, etc. También tenemos desarrollo de YPF como productora de Petróleo y como generadora de negocios para sus proveedores de insumos, aunque no llegaba a colmar las necesidades energéticas del país. La actividad sindical pasa en la etapa peronista a ser absorbida por este movimiento con diferentes matices, el Estado pasa a regular las relaciones obrero patronales enmarcándolas en los convenios colectivos de trabajo que persisten hasta la actualidad, para asegurar la cooperación mutua.
Desarrollismo (1952 - 1975)
Luego del golpe del 55 el peronismo es proscripto, y se intenta abrir la economía a algunas inversiones extranjeras situación que ya había comenzado a insinuarse en la segunda presidencia de Perón. En los años 60 se logra desarrollar los complejos metalmecánicos y petroquímicos para abastecer a la industria liviana.
El modelo que presentaba el desarrollismo era un modelo creado para solucionar la permanente falta de divisas por la ausencia de industria pesada a partir de la llegada al país de empresas multinacionales con las que se firmaron importantes contratos.
Si bien ingresaron una cantidad importante de empresas, no se logró el efecto deseado ya que no incorporaron "industria pesada", sino que se dedicaban a la producción de bienes de consumo durables (automotores, electrodomésticos, etc.) de forma que en vez de resolver el problema, lo agudizaron porque necesitaban más importaciones con la consecuente salida de divisas.
Estos años son de conflicto debido a la lucha peronista para poder volver al gobierno, lo cual se consigue en el '73. Esta es una época signada por la violencia política y además estalla una crisis petrolera internacional que afecta a la economía mundial. En 1976 se produce un golpe de estado en Argentina que instaura un nuevo modelo económico.
Modelo Aperturista (1975 - 1983) Hiperinflación
Durante el último año de gobierno de Maria Estela Martínez de Perón, en 1975 asumió en el Ministerio de Economía Celestino Rodrigo quien intentó aplicar un modelo que favorecía la acumulación financiera dejando de proteger la industria nacional.
Con la llegada del proceso al gobierno se produce un cambio en el modelo económico. Se abren las importaciones y se flexibilizan a punta de pistola las relaciones laborales. Además el gobierno recibe apoyo de la comunidad financiera internacional que le facilitó los fondos para afrontar los desequilibrios fiscales, y fija pautas cambiarias que facilitan la entrada de capitales golondrinas especulativos, que intervienen sólo en negocios financieros. Esto provoca una decadencia de la industria y una baja del poder adquisitivo de los salarios. El país se concentra en exportar commodities y cada vez más es necesario generar mayores excedentes para pagar los intereses de la deuda y la fuga de capitales especulativos. Por otro lado la apertura de la economía permitió el ingreso de bienes importados de consumo masivo, lo que en muy pocos años provocó la destrucción de gran parte de la industria nacional. Al combinar importaciones abiertas con dólar barato ocurría que esos productos ingresaban al país a precios inferiores a los de industria argentina. El país se encontraba expuesto cada vez más a los vaivenes de los mercados financieros internacionales que provocan periódicas crisis y devaluaciones, y alta inflación.
Con el regreso de la democracia en 1983 esta situación no cambia demasiado, pero en la presidencia de Menem se profundiza aun más la tendencia con la venta a precio muy bajo de las empresas estatales, de esta manera el estado pierde su rol en la economía y se limita a ser un mero recaudador de impuestos que se dedican en gran parte a pagar los intereses de la deuda externa que sigue aumentando. Con los recursos provenientes de estas ventas y de un mayor endeudamiento, se logra un breve período de bonanza signado por la paridad peso dólar mediante la ley de convertibilidad que ayudó a combatir la inflación, pero a su vez le dio un seguro de cambio a las inversiones especulativas. Las industrias se concentran en manos de grandes grupos transnacionales que se dedican a actividades de alta tecnificación y poca mano de obra, enfocadas al consumo masivo y a la exportación de commodities muchas de origen agropecuario como los derivados de la soja. En 1998 comienza una serie de crisis internacionales que provocan una fuga de capitales y una recesión, la desocupación se generaliza y llegan a bajar incluso los salarios y jubilaciones de manera real y nominal. Todo esto finaliza en 2001 con un crack del sistema bancario, se congelan los depósitos y la economía colapsa. Ante esto estalla el descontento popular que termina derrocando al gobierno de De la Rúa.
Las políticas económicas neoliberales adoptadas desde la década de 1970 por los gobiernos militares, y seguidas por los gobiernos civiles, determinaron una concentración progresiva de la riqueza e hicieron que la población perdiera el nivel de vida que había alcanzado a mediados del siglo XX con un aumento exponencial de la deuda externa nacional, que se elevó de 7.875 millones de dólares al finalizar 1975, a 45.087 millones de dólares en 1983.
Modelo Menemista
Las reformas económicas de esta década se han basado en la privatización de los servicios públicos y en la apertura de la economía. En 1991, el ministro de economía Domingo Caballo recurrió a la paridad del peso argentino con el dólar estadounidense (Ley de Convertibilidad) debido en parte a la acuciante inflación que sufrió el país a fines de los '80. Comenzaron a registrarse así altas tasas de crecimiento entre 1991 - 1994 y 1996 - 1998. En 1995 por el Efecto Tequila - que demostró cómo un hecho externo podía influir en el país producto de la globalización - provocó un crecimiento negativo del PBI. Éste llego a alcanzar los 300.000 millones de dólares en 1998. El PBI per cápita nominal, el más alto durante la década del '90 en América Latina llegó a los 8.300 dólares ese mismo año. Las exportaciones pasaron de 12.500 millones de dólares en 1990 a casi 27.000 millones de dólares en 2000 con un aumento del 110% en ese período. Todas estas cifras fueron record para el país. Sin embargo, este modelo produjo una concentración económica en los sectores financiero, de servicio y agro-exportador, al mismo tiempo que una desocupación estructural cercana al 20% en sus peores momentos. Desde 1994 hasta el tercer trimestre de 2006 la desocupación a nivel nacional ha sido siempre de dos dígitos. La pobreza medida en el aglomerado Gran Buenos Aires osciló en ésta década entre 33,7% en 1990, el 16,1% en 1994 y 26,7% 1999, siendo más baja de la registrada en la crisis hiperinflacionaria de fines de los '80.
En 1995, la economía local se vio afectada negativamente por el llamado Efecto Tequila, que provocó un aumento inédito de la desocupación a nivel nacional hasta un 18,4%. También se revirtió la tendencia descendente del índice de pobreza, que en el aglomerado del Gran Buenos Aires (el más importante del país), entre 1990 y 1994 había llegado a un mínimo del 16,1%. A excepción de 1995, en la década del '90 la economía creció fuertemente hasta mediados de 1998.
Modelo Distribucionista (Kirchnerista 2001 - 2011)
- Néstor Kirchner (1950 - 2010)
En materia económica, Néstor Kirchner hereda una serie de problemas importantes. Quizás el más importante es que la mitad de la deuda pública argentina estaba en default. Un default que si bien era inevitable en el año 2001 fue anunciado de la peor manera posible, en medio de una suerte de festejo en el Congreso. Y también seguido por una serie de medidas, que si bien eran inevitables, se pusieron en marcha de la peor manera y esto provocó una enorme convulsión económica, política y social en el año 2002 durante el gobierno de Duhalde. También en ese momento hay una violación de los contratos de muchos actores de la economía (fueron confiscados los depósitos y pesificados de forma asimétrica: quienes debían dólares en algunos casos pasaron a deber pesos, en otros seguían debiendo dólares y el gobierno reprogramó compulsivamente los depósitos, ofreciendo hacer un canje que se llamo el "Corralón"), había 14 monedas en circulación.
Una parte significativa de la responsabilidad de la crisis que vivió la Argentina entre 1998 y 2002 ha sido puesta sobre el FMI. En un discurso ante la asamblea General de las Naciones Unidad en 2004, el Presidente Néstor Kirchner dijo:
"Se hace necesario un urgente, fuerte y estructural rediseño del Fondo Monetario Internacional para que pueda prevenir crisis y ayudar a su solución, cambiando el rumbo que lo llevó de prestamista de fomento a acreedor con demanda de privilegios."
Con la crisis de diciembre de 2001, la Argentia entró en cesación de pagos (default) de su deuda externa. El 14 de enero de 2005 se lanzo oficialmente la operación de canje de la deuda en default. El proceso de reestructuración de la deuda externa fue largo y complejo para quienes decidieron ingresar en el canje. La Argentina ofreció un descuento importante sobre sus obligaciones (aproximadamente el 70%) y finalmente lo colocó en un 76% (esta oferta no incluyó el FMI y otros organismos internacionales, con quienes el país ha cumplido sus deudas).
En diciembre de 2005, el presidente Néstor Kirchner decidió liquidar la deuda argentina con el FMI en un solo pago, sin nueva financiación, por un total de 9.810 millones de dólares utilizando las reservas internacionales que alcanzaron un valor de 28.000 millones de dólares ese año, reduciéndose éstas a 18.000 millones de dólares en enero de 2006.
A partir del gobierno de Néstor Kirchner, el sector productivo, y fundamentalmente el industrial, se transformó nuevamente en el centro de la economía argentina. Es decir, desde el 2003 se verificó un proceso de industrialización de la economía nacional. En este sentido, l instauración del modelo de valorización productiva se tradujo en un aumento de la inclusión social como resultado de la generación de puestos de trabajo, reducción de la pobreza y la indigencia y una mejora en la participación de los asalariados en el producto y en la distribución del ingreso.
Asimismo, se produjo un fuerte proceso de desendeudamiento externo como resultado del exitoso canje de la deuda y el pago al Fondo Monetario Internacional. Por su parte, se experimentó un proceso de diversificación de las ventas externas aumentando la participación de las exportaciones con mayor valor agregado. Además, se verificó un aumento de la sostenibilidad del modelo económico a partir del superávit comercial y fiscal y del incremento constante de las reservas del Banco Central de la República Argentina.
Por último, este nuevo modelo de desarrollo se sustentó fundamentalmente a partir del crecimiento constante del mercado interno como resultado de la generación de puestos de trabajo, el aumento de los salarios a partir de la reactivación de las paritarias, el aumento de las jubilaciones, el incremento de la inversión pública y la expansión del gasto público social. Todos estos factores generaron un aumento permanente del consumo y del mercado interno.
- Cristina Fernández de Kirchner
El modelo económico de Cristina Fernández de Kirchner que se estructura en Argentina, busca el crecimiento económico en consonancia con políticas sociales inclusivas en la educación, la salud, la vivienda y otras necesidades populares. Todo ello bajo la intervención del gobierno, porque como diría la propia Presente argentina: "...sabemos que lo que no hace el Estado, no lo hace nadie".
Con este objetivo, son múltiples los programas desarrollados en las diversas ramas de la vida social y económica. Por ejemplo, han sido de gran impacto para el combate de la pobreza los planes nacionales de desarrollo local y economía social "Manos a la obra" y los de seguridad alimentaria "El hambre más urgente" y "Familia".
El impacto de estas estrategias es visible en el mejoramiento de las condiciones de vida de los argentinos y en la disminución del desempleo. En los años de gobierno, al igual que durante el gobierno de Néstor Kirchner, la desocupación continuó disminuyendo, aunque con algunos altibajos, y esta vez descendió hasta cerca de un 8% , lo que implica una mejora en comparación al índice del 2003 (16%). Asimismo, la pobreza ha tenido una baja inédita en el último lustro del 51 al 20% y la participación de los trabajadores en el PBI, en igual período, se ha incrementado del 33/34 al 43%.
Para la economía argentina, el 2008 constituyó el quinto año consecutivo de crecimiento, considerado el más importante en los últimos 200 años de la historia de esa nación. Las inversiones tuvieron un incremento de su mínimo histórico más reciente y ya se han superado los niveles máximos de la década de los 90, sin endeudar al país. Gran parte de ese dinero se ha invertido en obras sociales y de bien público, lo cual hace una década era interpretado como mero gasto público por las autoridades.
Ante los efectos de la crisis financiera mundial, Argentina vienen adoptando desde finales del año anterior un paquete de medidas para impulsar la actividad económica, estimular el mercado y consumo interno ante las restricciones del externo, reducir las importaciones y controlar los despidos, en el cual se incluye la prefinanciación de la industria automotriz, algunos productos del agropecuario, el capital de trabajo, entre numerosas áreas.
La estatización de los fondos privados de pensiones y jubilaciones, que había constituido una de las más escandalosas acciones de la política generalizada de privatización llevada a cabo por el ex presidente Carlos Menem, ha sido también de las más importante y radicales acciones adoptadas dentro del plan económico gubernamental para enfrentar el difícil contexto internacional.
El objetivo del gobierno argentino es continuar creciendo, pues tiene como premisa que "de la crisis se sale solamente con crecimiento económico".
No obstante, la Presidente ha advertido a la Nación sobre el carácter pragmático de los pasos que se dan en este sentido: "vamos a tener que acostumbrarnos en los tiempos que corren a la flexibilización, la armonización y el cambio de políticas, que pueden ser buenas hoy pero dentro de tres meses comprobarse que no alcanzaron el resultado esperado, y que si no alcanzaron el resultado esperado monitoreadas deben ser cambiadas, revisadas, corregidas...".
En política exterior, las relaciones de Argentina con los países del área se han continuado profundizando y el camino a una mayor integración latinoamericana se consolida en estructuras como el MERCOSUR y el Grupo de Río.
El 26 de octubre e 2010 falleció mientras estaba en su casa de El Calafate el ex presidente Néstor Kirchner, esposo de la presidente Cristina Fernández de Kirchner y durante sus exequias miles de personas, especialmente jóvenes desfilaron frente al féretro al grito "gracias Néstor" y "fuerza Cristina" constituyendo un masivo apoyo popular.
Las claves sobre las que se apoya el entramado económico del gobierno reconoce un importante nivel de reservas, solvencia fiscal y vencimientos manejables que tornan impracticable la posibilidad de un default en el corto o mediano plazo.
muchas gracias me cirvio un monton para un trabajo q estoy haciendo...
ResponderEliminardesde ya muchas gracias!