lunes, 9 de septiembre de 2013

6º C - Sistemas Económicos S XXI

Sistemas Económicos del Siglo XXI
Economía - Aique (Pablo Maas, José E. Castillo)
 
Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, la economía internacional quedó dividida en dos grandes sistemas, el capitalista y el socialista, este último de planificación centralizada y liderada por la Unión Soviética.  Fue el llamado “mundo bipolar”, que se extendió hasta 1989, cuando la caída del muro de Berlín consolidó el dominio del capitalismo occidental en todo el mundo.

Después de la guerra, Los Estados Unidos estaban particularmente interesados en ayudar a la rápida recuperación de las economías capitalistas de Europa y de Japón, para contrarrestar el creciente poderío soviético, y en consecuencia contribuyeron con enormes sumas de dinero.  Hasta 1949 y gracias al llamado “Plan Marshall” de ayuda norteamericana, Europa había logrado recuperar sus niveles de producción de 1939 y pronto quedó en evidencia la necesidad de forjar acuerdos de integración comercial para impulsar aún más el crecimiento económico.

Las naciones europeas comenzaron a forjar alianzas económicas que culminaron con la creación, en 1957, de la Comunidad Económica Europea y, en 1959, del Mercado Común Europeo.  La “Alianza Europea de los seis” formada inicialmente por Alemania Occidental, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, se amplió en 1973 con el ingreso de Inglaterra, Irlanda y Dinamarca y al inicio de la década de 1980, con la admisión de Portugal, España y Grecia, constituyéndose así en el primer mega-bloque económico del mundo capitalista.

En Latinoamérica fue pionera la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), formada en 1960 por todos los países de la zona, excepto México y las Guayanas.  Fue sustituida en 1980 por la Asociación Latinoamérica de Integración (ALADI), constituida por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.  En su seno han surgido diversas iniciativas, entre las que se destaca el Mercosur (Mercado Común del Sur) formado en marzo de 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

En 1989 se estableció un acuerdo de libre comercio entre Canadá y EE. UU. Que en junio de 1991 se amplió con la incorporación de México.  Quedo formado de este modo el NAFTA  (North American Free Trade Association) lo que ha sido interpretado como una respuesta defensiva estadounidense ante los avances y el poder económico alcanzado por la Unión Europa.

Formas de Integración económica

Se pueden distinguir diferentes grados de integración económica entre países, de acuerdo con la profundidad de las reducciones arancelarias y la coordinación de las políticas económicas que establecen los gobiernos.  Los siguientes casos ilustran distintos tipos de integración:
  •  Un Área de Libre Comercio está formada por varios países que deciden eliminar las barreras del comercio interno, pero manteniendo cada uno sus propios aranceles frente a terceros.  El problema que se deriva de esto es la necesidad de exigir los llamados “certificado de origen” para los productos que proceden de países pertenecientes al Área de Libre Comercio pero que han sido producidos total o parcialmente en el exterior.
  • La Unión Aduanera se produce cuando un Área de Libre Comercio establece un arancel externo común (AEC).  La unión aduanera requiere de mayores esfuerzo de negociación y de acuerdo interno, ya que cada país pertenecientes a la unión verá modificada su estructura productiva en mayor o menor grado como consecuencia de decisiones comunes.  Los controles fronterizos desaparecen para el comercio de productos y servicios, pero continúan barreras para otros factores como, por ejemplo, la migración de trabajadores.
  • El Mercado Común supone la eliminación de barreras para la circulación de los factores productivos, es decir, de los trabajadores y del capital.  La libre circulación de trabajadores consiste en permitir, en igualdad de condiciones, la contratación de la mano de obra que proceda de los países integrantes.  Además y como ocurre actualmente en la Unión Europea, se reconocen mutuamente los títulos profesionales y se registra una coordinación de políticas impositivas.
  • La Unión Económica supone un grado aún mayor en la armonización de las políticas fiscales y monetarias.  En el caso de la introducción del Euro, la moneda común europea, en enero de 1999, acompañada por la introducción de nuevas instituciones del bloque, como el Banco Central Europeo (BCE).
En muchas regiones del mundo se han iniciado procesos de integración internacional que, en muchos casos, no pudieron superar la primera fase, la del área de libre comercio.  Algunos de los intentos más recientes pertenecen a Asia y África.

En Asia existen actualmente dos proyectos.  La AFTA (Asian Free Trade Asociation), que comprende Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Camboya, Laos y Myanmar.  La asociación engloba a 400 millones de personas y sus economías son las de crecimiento rápido del mundo.   El otro gran bloque es la APEC (Asian Pacific Economic Cooperation).  La APEC tienen 21 miembros.  Fue establecida en 1989 por Australia, Brunei, Canadá, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia y los EE:UU.  Posteriormente se han sido uniendo China, Hong Kong, Taipei, México, Papúa – Nueva Guinea, Chile, Perú, Rusia y Vietnam.  En 1996 el comercio exterior de los países de la APEC representó el 45% del comercio mundial.

·         En África se destaca la Unión del Magreb Árabe, integrada por Libia, Túnez, Argelia, Mauritania y Marruecos, además de la comunidad del África Oriental, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, la Unión Aduanera y Económica de África Central y la Unión Monetaria del Oeste Africano.

El Mercosur

El 26 de marzo de 1991, con la firma del Tratado de Asunción, la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay lanzaron un nuevo proceso de integración regional en el Cono Sur de las Américas, el Mercado Común del Sur (Mercosur).  Este proceso inauguró otra etapa en las relaciones económicas, sociales y políticas entre estos países.

El tratado se puso como objetivo alcanzar en cuatro años, para el 1| de enero de 1995, la conformación de un mercado común.   Para lograrlo, se estableció un período de transición con el objeto de lograr cuatro acciones fundamentales:

  • Un programa de liberalización comercial.  Como los cuatro países poseían distintos aranceles a las importaciones de diversos productos, se propusieron reducirlos hasta su total eliminación a los efectos del comercio dentro del bloque.  También se fijaron como meta eliminar las restricciones no arancelarias al comercio (como por ejemplo las barreras sanitarias al ingreso de productos alimenticios) de modo de permitir la libre circulación de los bienes originarios en cualquiera de los países del bloque.
  • El establecimiento de un Arancel Externo Común (AEC).  Esto permitiría alcanzar la libre circulación de bienes dentro del bloque y servicios cualquiera fuera su origen.  De este modo, un producto podría ser importante en Brasil, previo pago del AEC y posteriormente reenviado a la Argentina.
  • La adopción de acuerdos sectoriales.  El más importante ha sido el acuerdo automotriz, que acordó pautas para el comercio de vehículos dentro del Mercosur.
  • La coordinación de políticas macroeconómicas fue otro importante objetivo establecido con el fin de optimizar la utilización y movilidad de los factores de la producción, con lo cual se materializaría la libre circulación de bienes, servicios, capital y trabajo.  Es decir, los requisitos para la conformación de un mercado común, como nivel de integración superior a una zona de libre comercio y a una unión aduanera.
Hacia mediados de 1994 se tornó evidente que sería imposible lograr los objetivos en los plazos fijados, por lo cual se firmó el Protocolo de Ouro Preto, adicional al Tratado de Asunción, para acelerar el programa de desgravación arancelaria, adoptar el arancel externo común y perfeccionar las instituciones del bloque.

Desde el punto de vista del intercambio comercial, el Mercosur logró exitos significativos en sus primeros años.  En 1990, las importaciones y exportaciones intrazona era de poco más de 4.000 millones de dólares, mientras que ochos años después se habían  multiplicado por cinco: 20 mil millones, hecho que refleja el impacto de la reducción de aranceles, llevados a cero para más del 80% de los productos.  Sin embargo, la eliminación de restricciones no arancelareias no fue igualmente exitosa.  Entre Brasil y Argentina y entre Uruguay y Brasil, por ejemplo, ocurrieron numerosos entredichos comerciales que involucraron el comercio de pollos, chacinados, arroz y otros.  En casi todos los casos, los gobiernos argumentaron motivos sanitarios para impedir el ingreso de los productos.

Por otra parte, algunos sectores como el automotriz tienen en el Mercoasur un tratamiento especial y otros, como el azúcar, han sido puestos bajo un "paraguas" lo que permite que no se apliquen las reglas comerciales del bloque.  Para otros sectores, como bienes de capital , telecomunicaciones e informática, se han establecido plazos más prolongados para establecer el arancel común.  Todos estos factores han contribuidos a alejar al Mercosur de sus objetivos originales.

A partir de enero de 1999 cuando Brasil devaluó su moneda, el real (que previamente había estado sujetra a un régimen de cambio fijo) la coordinación de políticas macroeconómicas se tornó aún más dificil.  Como la Argentina mantuvo su propio esquema de cambio fijo, la convertibilidad, los precios internos en las dos economías más grande del bloque se apartaron considerablemente entre sí.  Desde entonces, el Mercosur parece haber entrado en una situación de virtual estancamiento, que está distanciando cada vez más a estos países del objetivo de conformar un mercado común.


La Argentina en la tormenta de la Globalización

El término "globalización"  fue acuñado en la década de 1980, pero el concepto se remonta a varias décadas, o incluso a varios siglos atrás, desde la época en que primero España y Portugal, y más tarde Inglaterra y Holanda, edificaron enormes imperios comerciales.  Muchos sostienen que el mundo estaba tan globalizado hace 100 años como lo está hoy.  O incluso más: durante el siglo pasado las migraciones de mano de obra adquirieron un cáracter masivo que no poseen en el presente y el comercio internacional de entonces registró un despegue extraordinario.

El concepto de globalización tienen en cuenta tres tendencias realativamente recientes:
  1. El surgimiento de las comunicaciones globales instántaneas, posibilitadas por los sistemas satelitales y las modernas redes de fibra óptica, que han abaratado enormente los costos de las conexiones.  En la década de 1950, una llamada de tres minutos de Nueva York a Londres costaba el equivalente a 50 dólares.  Hoy, el promedio de costo de una llamada internacional es de 25 centavos.  La posibilidad de enviar mensajes alrededor del mundo en una fracción de segundos, permite que las empresas manejenfácilmente sus operaciones en lugares muy remotos y que los financistas compren y vendan divisas o acciones en cualquier lugar, en cualquier momento.  La tecnología de las comunicaciones es lo que permite la existencia de las corporaciones y los mercados globales.
  2. La ola de desregulaciones, que comenzaron a fines de la década de 1970 y debilitaron el control de los gobiernos sobre la actividad económica, ha permitido un funcionamiento más libre de los mercados.  La mayor parte de las regulaciones que permitían que los gobiernos controlaran los flujos de capital y limitaran las importaciones a través de altos aranceles o cuotas de mercado, han sido desmanteladas en casi todo el mundo. 
  3.  La liberación de los movimientos de capital a corto plazo, sin que haya mecanismos compensatorios que prevengan y corrijan las presiones especulativas, ha provocado ya graves crisis financieras en varias regiones:  Sudeste asiático, México, Turquia, Argentina.  Si se quiere que los avances de la globalización no disminuyan el bienestar de las personas, es necesaria la intervención de los gobiernos y los organismos internaciones redistribuyendo los beneficios y compensando a los perjudicados.
La Argentina no ha permitido al margen de la ola globalizadora mundial.  A partir de fines de la década de 1980, el país liberalizó sus leyes de inversiones extranjeras, permitiendo la radicación del capital transnacional en sectores industriales y de servicios (como la minería de frontera o la actividad nuclear) que anteriormente estaban reservados únicamente a actores locales o al Estado.  Las leyes laborales también fueron  reformadas y flexibilizadas para favorecer la radicación de grandes empresas multinacionales.  Los aranceles de importación fueron reducidos fuertemente, lo que permite el ingreso de mercaderías más baratas desde países que producen a menores costos (especialmente en el sudeste asiático).
El triunfo internacional del sistema de libre comercio está generando una reacción crítica que se conoce como el movimiento anti-globalización .  Los críticos de la globalización consideran que este fenómeno ha favorecido principalmente la prosperidad económica para ciertos sectores en algunos grupos de países, contrariando los objetivos de equidad social en el mundo.  En la última década, la participación del 10% más pobre de la humanidad en el ingreso mundial ha caído del 2,3  al 1,4%, según el Banco Mundial.



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