lunes, 27 de octubre de 2014

7º TECAO - Emprendedores

Modelo de emprendedorismo en Argentina  (Artículo del Suplemento IECO del diario Clárín del domingo 26 de octubre de 2014)

Un descanso inteligente

Emprendedores Polinet 

 Un químico desarrolló fórmulas de espuma para rellenar almohadas y colchones de manera que se adapten al cuerpo del usuario, brindándole apoyo sin hacer presión y mejorando la circulación.


Investigación. “Nos gusta desarrollar desde cero productos que tengan innovación en su categoría”, dicen Mandelbaum y Zlatkes.
Investigación. “Nos gusta desarrollar desde cero productos que tengan innovación en su categoría”, dicen Mandelbaum y Zlatkes.


Quédese tranquilo: duerma sin frazada”, decía Carlitos Balá, pero no mencionaba el colchón ni la almohada. Y es que estos insumos tienen mucho que ver con el buen dormir y, cuando no son de buena calidad, pueden perjudicar el descanso y en consecuencia, provocar stress.
Por eso, a las almohadas que toman la forma del cuello, la cabeza y los hombros de la persona que las está usando se las llama “inteligentes”: al aumentar el área de contacto, la persona se apoya en toda la superficie, no sólo en determinados puntos; y esto disminuye la presión y mejora la circulación y el confort del durmiente.
Cuando Pablo Mandelbaum descubrió estas almohadas, en 2004, no paró de probar fórmulas hasta descubrir la manera de elaborar él mismo la espuma con que estaban hechas. Doctor en Química por la Universidad de Buenos Aires, y después de haber tenido otro emprendimiento –elaboraba y vendía quesos– hasta el año 2000, por entonces Mandelbaum era gerente de Desarrollo en una empresa de planchas acrílicas, así que sus investigaciones las hacía los fines de semana, en un laboratorio montado en un garage prestado. Cuando obtuvo la fórmula de la espuma viscoelástica, mandó construir el molde de una almohada y empezó a fabricar las primeras unidades. Hacía 30 ó 40 por fin de semana.
“Salí a ofrecerlas en algunas colchonerías, y gustaron”, cuenta. “Al año siguiente, las ofrecí en un hipermercado de primera línea. Me encargaron 500 unidades, con lo que tuve ocupada a toda mi familia y pensé ‘si esto se repite seguido, no voy a poder seguir’”.
Se repitió. Así que él llegó a un acuerdo con sus empleadores para reducir su jornada laboral y dedicarle más tiempo al nuevo emprendimiento. Se mudó a un galpón de 120 metros cuadrados en Núñez e incorporó los primeros trabajadores y vendedores a su empresa.
Fórmula “Seguimos avanzando y la gente empezó a pedirnos un colchón”, dice Mandelbaum. “Me pedían recomendaciones y yo no sabía qué decir. Con la espuma viscoelástica no se puede hacer un colchón, porque es muy blanda y el colchón requiere un buen soporte para la columna pero, a la vez, debe facilitar la circulación, y no deformarse con el tiempo. Así que empecé a buscar una fórmula que cumpliera con todos estos requisitos”.
La tuvo lista en 2006 y la registró como fit-foam , una espuma de poliuretano de alta densidad (50 kilos por metro cúbico, contra 35 kilos, máximo, que ofrece el resto del mercado). “No tenía idea de máquinas de costura ni de telas”, cuenta Mandelbaum para explicar por qué el desarrollo le llevó cinco años más. “Fuimos aprendiendo y comprando equipamiento, como el cajón para manejar el bloque”.
La firma tiene sólo dos modelos de colchones, porque no trabajan en otra calidad: el básico y el que además viene con una capa de tres centímetros de espuma viscoelástica, que mejora las propiedades. En 2007, Polinet se mudó a un galpón de 350 metros cuadrados en San Martín. A la par, iba incorporando nuevos modelos de almohadas. Y ya en 2011, sumó un socio, otro químico con gran experiencia en poliuretanos: Mariano Zlatkes, con el objetivo de planificar un proceso de expansión de negocios existentes y generación de nuevos mercados.
En esta etapa, la firma se trasladó a otro galpón, de 1.400 m2, donde incorporó equipamiento, tecnología y automatización. Con su actual capacidad instalada, hoy puede producir 500 almohadas en 4 ó 5 horas.
Los artículos de Polinet están presentes en una red de más de 100 colchonerías y casas de ortopedia en todo el país –a las que llega a través de distribuidores–; en una cadena de hipermercados y en otra de super. También fabrica para otras marcas.

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